lunes, 12 de enero de 2015

Maíz transgénico: Una amenaza para el estilo de vida de México

Durante 15 años, corporaciones como Monsanto, Syngenta, Pioneer-Dupont y Dow Agrosciences han intentado sembrar maíz transgénico en México a gran escala. Sin embargo, se han encontrado con una fuerte oposición por parte de las organizaciones civiles, campesinos y activistas, que con muy pocos recursos han logrado detenerlas.

Así pues, en julio de 2013,Colectivas A.C., junto con otras 20 organizaciones civiles, entre ellos 53 campesinos y activistas, promovieron una acción colectiva para que se prohibiera la siembra del maíz transgénico en territorio nacional logrando su objetivo.

De esta forma, un mes más tarde, la causa para erradicar la siembra de maíz transgénico en México tuvo una victoria significativa, luego que los magistrados del Décimo Tribunal Colegiado en Materia Civil negaron de forma unánime el amparo promovido por la transnacional de origen suizo, Syngenta, que buscaba terminar con la prohibición judicial al cultivo del grano genéticamente modificado. Así pues, el juzgado federal dio la orden de que se rechazaran las solicitudes de siembra de maíz transgénico en México ante la duda de posibles impactos negativos al medio ambiente provocados por los organismos genéticamente modificados.

Sin embargo, las empresas trasnacionales y secretarías de Estado como Sagarpa y Semarnat, han hecho un gran esfuerzo para derribar esa orden judicial a través de 90 impugnaciones, apelaciones y otros mecanismos legales, de los cuales 34 están pendientes por resolverse.Una vez que se concluya esa parte legal, entonces se podrá retomar el juicio de acciones colectivas.

Las acciones colectivas, son una herramienta jurídica usada para proteger a un grupo de personas contra quienes vulneren sus derechos como consumidores, al medio ambiente, a la competencia económica, entre otros. Lo anterior, requiere de una inversión significativa.

Así pues, gracias a un mecanismo llamado “crowdfunding”, se pueden recaudar fondos para financiar esfuerzos e iniciativas de personas u organizaciones alrededor del mundo, y está siendo implementada por las organizaciones que han detenido las siembras comerciales de maíz transgénico.

A través de la fondeadora holandesa, Grrrowd, que apoya causas sociales, y cuyo lema es “justicia impulsada por las multitudes”, se busca recaudar 14 mil 255 euros (261 mil pesos, aproximadamente). Los fondos obtenidos serán destinados a gastos judiciales y pago de honorarios de abogados y expertos para que den continuidad a la acción colectiva en contra del maíz transgénico.

El maíz mexicano está en riesgo de perder su excepcional diversidad si los transgénicos son autorizados en nuestro país. Grandes empresas como Monsanto vienen cabildeando intensamente al gobierno mexicano para obtener permisos para sembrar maíz transgénico a nivel comercial. Hasta el momento, una amplia coalición de ciudadanos, productores y científicos ha logrado impedir que esto suceda.

Lo anterior, no es ninguna novedad y este esquema no se intenta realizar solo en México. Las grandes multinacionales productoras de transgénicos, han estado haciendo presión en muchos países para obtener acceso a sus mercados. Sus ambiciones globales han encendido uno de los movimientos más grandes del mundo, conformado por ciudadanos, productores y científicos que se oponen a estos intentos. En México, en particular, esas empresas enfrentan una resistencia muy fuerte por parte de grandes sectores de la población.

El maíz siempre ha sido parte de la vida cotidiana de todos los mexicanos. El maíz no sólo es un alimento básico, sino que cuenta con un inmenso valor cultural. Desde hace 8,000 años, los mexicanos hemos cultivado miles de variedades de maíz que se han originado en nuestro país. Si se autoriza el maíz transgénico, esta diversidad de maíces nativos estaría en riesgo, debido de la posibilidad de contaminación. Los campesinos se verían poco a poco obligados a cultivar transgénicos o tener su maíz nativo contaminado. Aceptar el ingreso del maíz transgénico, es un riesgo al patrimonio cultural de los mexicanos y nuestra forma de vida. La comida mexicana es considerada un patrimonio mundial, y casi todos los platillos mexicanos se basan en las variedades nativas del maíz.
 
 
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