La campaña para detener la siembra de maíz transgénico en México, en
la que se encuentran varios académicos y activistas poblanos, inició una
colecta internacional de fondos para defender la causa de manera legal,
apoyados por una organización holandesa y otra estadounidense.
La resolución de un juez sobre la acción colectiva que promovieron
ciudadanos, y que estableció la suspensión del proceso de autorizaciones
de cultivo de maíz transgénico, suma hasta ahora 89 impugnaciones del
gobierno federal y de las empresas trasnacionales que elaboran esos
productos.
Este proceso ha llevado a la organización Colectivas AC a enfrentar
el caso ante 15 tribunales federales, 70 abogados y decenas de
cabilderos, voceros y funcionarios de las empresas productoras de
transgénicos, informó esta ONG en un comunicado.
Ante ello, y para obtener recursos para seguir con la defensa,
iniciaron una campaña mundial en la página www.grrrowd. org,
perteneciente al nuevo movimiento holandés Grrrowd, con sede en La Haya.
Grrrowd aplica estrategias de fondeo colectivo y recauda para la
defensa legal de derechos sociales, ambientales y económicos, ante las
injusticias que se cometen en todo el orbe, informó.
Agregó que en la recaudación de fondos también participa el Centro
para la Defensa Legal del Medio Ambiente, con sede en Montana, Estados
Unidos, así como Alternativas y Procesos de Participación Social
Asociación Civil, con sede en Tehuacán.
Raúl Hernández Garciadiego, representante legal de Alternativas y
firmante de la demanda colectiva, señaló que el maíz no solo es un
alimento básico, sino que también cuenta con un inmenso valor
biocultural.
Agregó que hace 8 mil años se domesticó el maíz y desde entonces
hasta ahora los campesinos han seleccionado e intercambiado semillas,
mediante lo cual han logrado obtener 61 razas y miles de variedades que
pueden cultivarse en climas distintos.
En 75 por ciento de la superficie que se cultiva con maíz, esa es la
situación que urge salvaguardar. Los campesinos guardan y reproducen sus
semillas porque son viables; las semillas transgénicas no son viables,
están patentadas y tienen que comprarse cada año.
Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC, en un artículo titulado
“Tiempo contra el maíz transgénico”, publicado en La Jornada el pasado
27 de diciembre, advirtió:
“Monsanto, DuPont–Pioneer, Syngenta, Dow, tienen cerca del 95 por
ciento del mercado global de semillas transgénicas. Monsanto y DuPont (a
través de su subsidiaria PHI México) controlan a su vez 95 por ciento
del mercado de semillas de maíz híbrido en México. Estas poderosas
empresas no pueden creer que siguen sin lograr legalizar la siembra de
maíz transgénico en México, más aun cuándo la tónica oficial ha sido
entregar las riquezas de la nación al mejor postor trasnacional.
“El gobierno autorizó cientos de miles de hectáreas de algodón y soya
transgénica, y desde septiembre 2012 quiso autorizar la siembra
comercial de maíz transgénico. Se topó con una amplia resistencia desde
los pueblos, movimientos y organizaciones sociales, ambientalistas,
intelectuales, artistas, científicos críticos, consumidores, a nivel
nacional e internacional, que se lo impidieron”.
De:
http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2014/12/31/realizan-una-campana-internacional-para-recaudar-fondos-contra-el-maiz-transgenico/
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