La Eurocámara ha aprobado hoy una nueva legislación que
permitirá a los países de la Unión Europea (UE) restringir o prohibir
los cultivos que contengan organismos genéticamente modificados (OGM) en
sus propios territorios.
La reforma de esta legislación llevaba cuatro años bloqueada por los desacuerdos entre los Estados pro y anti transgénicos.
Las nuevas disposiciones, que entrarán en vigor en primavera de 2015,
recibieron 480 votos a favor en la Eurocámara, 159 en contra y 58
abstenciones, reunida en su sede de Estrasburgo (Francia).
Los diputados del PPE y los socialdemócratas (S&D) respaldaron
mayoritariamente las nuevas normas, y muchos de ellos indicaron en el
debate previo a la votación que sin ser la solución ideal, permitirá
resolver las dificultades existentes desde hace años en relación a la
autorización de Organismos Genéticamente Modificados (OGM).
"Los Estados miembros y los consumidores pueden sentirse ahora más
seguros sobre los transgénicos", dijo el diputado socialdemócrata
Matthias Groote, que lamentó no obstante que no se haya previsto
financiación para compensar a los agricultores cuyos cultivos se
contaminen con OGM.
Por su parte, la diputada del PPE
Pilar Ayuso recordó que se había llegado a una situación "insostenible"
en relación a las autorizaciones de OGM y consideró que las nuevas
disposiciones ayudarán a desbloquearla.
Los diputados
del grupo de los verdes dejaron claro en el debate que se opondrían a
la normativa porque "renacionaliza una política europea importantísima",
dijo el belga Bart Staes, que consideró que la nueva ley "no es
democrática" y que dará a las multinacionales "gran poder" sobre la
autorización.
La diputada española Lidia Senra
(Alternativa Galega de Esquerda en Europa), alertó por su parte de que
las nuevas disposiciones "no podrán preservar una agricultura campesina
libre de transgénicos".
También se mostró en contra
de las nuevas normas la líder del Frente Nacional francés, Marine Le
Pen, que opinó que los transgénicos "son peligrosos" porque ponen en
peligro la biodiversidad.
"Los supermercados
franceses tendrán que aceptar cada vez más productos con transgénicos",
alertó Le Pen, que opinó además que "se está legislando contra la
voluntad del pueblo en un tema crucial".
Por su
parte, el comisario europeo de Sanidad y Seguridad Alimentaria, Vytenis
Andriukaitis dijo al término del debate que con la nueva legislación los
Estados miembros "tendrán herramientas jurídicamente sólidas" para
decidir sobre la autorización o el rechazo del cultivo de transgénicos
en su territorio.
La reforma de la legislación en la
materia, presentada en 2010, llevaba años bloqueada por los desacuerdos
entre Estados pro y anti OGM.
Por su parte, la
organización ecologista Friends of the Earth Europe pidió hoy a los
países que hagan uso de los poderes que les confiere la nueva normativa
para prohibir todos los cultivos de maíz transgénico.
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