Mazorca de maíz a la que se le está haciendo un test para ver si contiene proteínas transgénicas. Foto: AFP
Aragón
es el territorio europeo donde más transgénicos se cultivan. Unos 300
agricultores de esta comunidad aseguran que sus cultivos han sido
contaminados con polen de maíz transgénico, por lo que no pueden
venderlo ni como cultivo ecológico ni como convencional, con los
perjuicios económicos que supone.
Pero ¿qué son los transgénicos? Son Organismos Modificados Genéticamente (OMG), seres vivos cuyos genes han sido manipulados artificialmente. Muchas especies son modificadas para hacerlas más resistentes a determinadas plagas o a la sequía. Según la organización ecologista Greenpeace, la patata transgénica aprobada en marzo de 2010, llevaba un gen que podría anular el efecto de ciertos antibióticos.
Aún no se sabe con certece los efectos que estos productos pueden producir en la salud, pero los últimos estudios indican que los OGM son capaces de modificar el ADN humano, aunque todavía se desconoce en qué sentido. Otras fuentes aseguran que a largo plazo este tipo de alimentos podrían provocar la aparición de alergias o la resistencia a los antibióticos.
Tampoco se conocen a ciencia cierta las consecuencias de la liberación de seres alterados genéticamente a la naturaleza, se teme que pueda producir cambios irreversibles en otras especies, ya que se altera el equilibrio natural. Contaminan cultivos no transgénicos y podrían producir bacterias y enfermedades más agresivas, o disminuir la cantidad de insectos en una zona, afectando a su vez a pájaros y otros animales que se alimenten de ellos.
Otros alegan que con las modificaciones genéticas y su proliferación se favorece la erradicación de especies y la consecuente pérdida de biodiversidad, aunque insisto en que estos asuntos todavía están en estudio.
Otros organizaciones denuncian que muchas semillas de productos modificados genetiamente son estériles, para que cada año los agricultores tengan que comprar de nuevo semillas, un hecho que afecta principalmente a los países del tercer mundo. El gigante del sector agrario MONSANTO explica en su página web que no comercializa este tipo de semillas, ni dispone de esta tecnología.
Además, quienes defienden el uso de transgénicos explican que la resistencia a la sequía de muchos de estos cultivos han ayudado a paliar el hambre en países empobrecidos.
Hay determinadas marcas que utiliza alimentos transgénicos en todos sus productos, como por ejemplo Nestlé. Greenpeace ha desarrollado una completa guía que recoge marcas libres de transgénicos, e incluye también otras que sí los usan.
Descarga de la guía.
Pero ¿qué son los transgénicos? Son Organismos Modificados Genéticamente (OMG), seres vivos cuyos genes han sido manipulados artificialmente. Muchas especies son modificadas para hacerlas más resistentes a determinadas plagas o a la sequía. Según la organización ecologista Greenpeace, la patata transgénica aprobada en marzo de 2010, llevaba un gen que podría anular el efecto de ciertos antibióticos.
Aún no se sabe con certece los efectos que estos productos pueden producir en la salud, pero los últimos estudios indican que los OGM son capaces de modificar el ADN humano, aunque todavía se desconoce en qué sentido. Otras fuentes aseguran que a largo plazo este tipo de alimentos podrían provocar la aparición de alergias o la resistencia a los antibióticos.
Tampoco se conocen a ciencia cierta las consecuencias de la liberación de seres alterados genéticamente a la naturaleza, se teme que pueda producir cambios irreversibles en otras especies, ya que se altera el equilibrio natural. Contaminan cultivos no transgénicos y podrían producir bacterias y enfermedades más agresivas, o disminuir la cantidad de insectos en una zona, afectando a su vez a pájaros y otros animales que se alimenten de ellos.
Otros alegan que con las modificaciones genéticas y su proliferación se favorece la erradicación de especies y la consecuente pérdida de biodiversidad, aunque insisto en que estos asuntos todavía están en estudio.
Otros organizaciones denuncian que muchas semillas de productos modificados genetiamente son estériles, para que cada año los agricultores tengan que comprar de nuevo semillas, un hecho que afecta principalmente a los países del tercer mundo. El gigante del sector agrario MONSANTO explica en su página web que no comercializa este tipo de semillas, ni dispone de esta tecnología.
Además, quienes defienden el uso de transgénicos explican que la resistencia a la sequía de muchos de estos cultivos han ayudado a paliar el hambre en países empobrecidos.
Hay determinadas marcas que utiliza alimentos transgénicos en todos sus productos, como por ejemplo Nestlé. Greenpeace ha desarrollado una completa guía que recoge marcas libres de transgénicos, e incluye también otras que sí los usan.
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http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/aragon/los-transgenicos-beneficiosos-o-perjudiciales-_895960.html
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