La oposición que se refleja en las declaratorias
municipales es solo a la liberación de organismos transgénicos en
cultivos bajo sistemas abiertos de siembra.
Esto es lo que afirma Fabián Pacheco, vocero de la Federación Conservacionista (Fecon).
“En ningún momento estamos oponiéndonos al uso de transgénicos en
investigaciones médicas o vacunas. No nos oponemos a que en
biorreactores se haga insulina con bacterias transgénicas y tampoco a la
biotecnología”, declaró Pacheco.
Agregó: “No nos
oponemos al uso de transgénicos en sistemas cerrados, solo pedimos que
se tomen las medidas de bioseguridad del caso. Nuestra lucha es frontal a
la liberación de organismos transgénicos al ambiente y el tema que más
nos preocupa es el agrícola”.
Por sistemas abiertos
de siembra se entiende a las fincas al aire libre donde puedan existir
interacciones entre los organismos genéticamente modificados (OGM) y los
silvestres, causando así una contaminación genética y, por ende, un
impacto en la biodiversidad, explicó Jaime García, es agrónomo y
catedrático de la UNED y la UCR.
Aunque reconoce la
contribución de los OGM a la seguridad alimentaria, la Organización de
las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) admite
que hay riesgos potenciales a la salud humana y animal, así como al
medio ambiente. En este entendido, delega su control a los países.
“FAO reconoce que la modificación genética puede ayudar en algunas
circunstancias a aumentar la producción y la productividad y contribuir
así a la seguridad alimentaria. Sin embargo, la FAO es también
consciente de los riesgos potenciales que los OMG plantean con respecto a
los efectos en la salud de los seres humanos y los animales, así como
en el medio ambiente”, manifiesta la entidad de Naciones
Unidas.Asimismo, la organización agrega: “FAO subraya la necesidad de
evaluar cuidadosamente los posibles riesgos y beneficios asociados con
la aplicación de las tecnologías modernas para aumentar la producción y
la productividad de las plantas y los animales. No obstante, la
responsabilidad de formular políticas y de adoptar decisiones en
relación con dichas tecnologías recae en los propios Estados”.
Desde 1991, en el país se produce semilla transgénica de arroz, soya y
algodón con fines de exportación. Esto fue autorizado por la Comisión
Técnica Nacional de Bioseguridad, la cual se encargó de evaluar los
riesgos.
Según Alex May, del Servicio Fitosanitario
del Estado (SFE), las áreas de cultivo para semilla transgénica son
relativamente pequeñas: “No más de 400 hectáreas”.
“La posibilidad de que haya una contaminación genética es muy difícil
porque Costa Rica no es centro de origen del algodón y la soya, son
cultivos de polinización cerrada entonces no hay polen en el ambiente,
no hay receptores de polen porque no hay parientes silvestres y se
establecen protocolos de bioseguridad”, destacó May.
De:
http://www.nacion.com/vivir/ambiente/Oposicion-solo-liberacion-transgenicos-cultivos_0_1404259580.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario