martes, 18 de marzo de 2014

El fréjol transgénico de Embrapa

Dentro de las fronteras brasileñas no hay consenso sobre la aprobación del Fríjol 5.1.

El presidente del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Consea), cuestiona la rápida liberación de este fréjol manipulado genéticamente por un respeto al "principio de la precaución". Subrayó que apenas dos de los 22 ensayos realizados no fallaron, y que no se contemplaron todos los biomas brasileños.

Preocupa la rápida adopción del fréjol transgénico en Brasil Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) ha desarrollado en Brasil un fréjol transgénico llamado 5.1 para enfrentar la enfermedad del mosaico dorado. El virus transmitido por la mosca blanca (Bemisia tabaci). Dentro de las fronteras brasileñas no hay consenso sobre la aprobación del Fríjol 5.1. (BEM-PVØ51-1). Renato Maluf, presidente del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Consea), cuestiona la rápida liberación de este fréjol manipulado genéticamente por un respeto al "principio de la precaución". Subrayó que apenas dos de los 22 ensayos realizados no fallaron, y que no se contemplaron todos los biomas brasileños.


"Creemos que es una temeridad la prisa por liberar un producto que consumirá toda la población y sobre el cual no tenemos certeza de seguridad alimenticia y nutricional", lamentó.

"Entendemos que Embrapa, como empresa pública de gran prestigio, debería adoptar un comportamiento ejemplar a propósito del principio de precaución", agregó el titular del Consea.

Por su parte, Ana Carolina Brolo, asesora jurídica de la organización Tierra de Derechos, coincidió con Maluf al indicar que "fue una aprobación comercial que tuvo como característica la falta de respeto a la legislación nacional e internacional de bioseguridad". Brolo entiende que hubo demasiado secreto sobre informaciones que deberían estar disponibles para que la comunidad científica y la sociedad evalúen los riesgos que presenta el proyecto.

Pero las críticas trascienden el campo científico y tecnológico. La pregunta es, si en un país como Brasil, que con 3,5 millones de toneladas anuales es el mayor productor mundial de frijoles, es necesario un grano transgénico. Maluf opinó que la producción actual de frijoles es suficiente para atender el consumo interno brasileño y, además, consideró "inconsistente" el argumento de la reducción de la producción por persona como excusa para crear un grano transgénico.

El presidente del Consea sostuvo que es una "falacia" la afirmación de que hay que aumentar la producción de frijoles, como el de otros alimentos, "para aplacar el hambre". Y añadió que "la historia ya demostró que eso no es verdad. Brasil es uno de los mayores productores y exportadores de alimentos del mundo y, sin embargo, convivió hasta hace poco con indicadores injustificables de hambre".

Desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, Maluf apuntó que hay varios riesgos "comenzando por los conocidos impactos ambientales, que comprometerá la práctica común entre agricultores familiares en relación al uso e intercambio de semillas, y también por la relación de dominación que crea para con los proveedores de semilla". Uno de los aspectos que preocupa en el tema del fréjol transgénico es el de las regalías. Todavía no se definió si Embrapa cobrará regalías por la semilla. El cultivo de frijoles es característico de la agricultura familiar, que en Brasil produce 70 por ciento de los alimentos consumidos en el país.

El abogado Leonardo Ribas, investigador del Centro de Referencia de Derecho Humano y Alimentación del Centro Universitario Uniabeu, se pregunta "quién pagará la cuenta del fríjol transgénico". "Estamos hablando de la aprobación de la modificación genética de un organismo vivo, cuya patente será puesta a disposición de empresas que, pagando regalías, podrán vender este producto al potencial mercado de consumo brasileño (…)", comentó a IPS el también consejero de seguridad alimentaria del estado de Río de Janeiro.
Considerando que el Fríjol 5.1 se convierta "en una mercadería de alta producción y consumo por las "ventajas" asociadas a este modelo, finalmente los que pagarán por este producto serán los propios agricultores familiares y, por consiguiente, la mayoría de la población brasileña", analizó. Para Ribas, "la solución para la inseguridad alimentaria en Brasil no pasa por la voluntad de Dios, como se llegó a justificar en el pasado, ni por soluciones reduccionistas y fragmentadas de las ciencias", sino por decisión política.
"Brasil no necesita frijoles transgénicos sino políticas públicas que garanticen la seguridad alimentaria y nutricional de la población a través de medidas que respeten la calidad biológica, sanitaria, nutricional y tecnológica de los productos", indicó.

Es necesario "que se respete y se incentiven medidas socialmente justas y ecológicamente sustentables", concluyó.

Ecoportal.net
IPS

De:
http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/El_frejol_transgenico_de_Embrapa

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