Tribunales y burócratas siguen afirmando que los ciudadanos no
tienen el derecho fundamental para producir y consumir los alimentos de
su preferencia, por ende nos encontramos con Monsanto al acecho.
El Presidente Dominicano, Danilo
Medina, ha enviado al congreso, según algunos diarios dominicanos, un
protocolo sobre los recursos genéticos No sabemos en qué consiste
realmente el proyecto para condicionar el terreno a esta tecnología de
investigación que se está expandiendo en todo el mundo.Lo que sí sabemos es que esta tecnología basada en Organismos Genéticamente Manipulados (OGM) en realidad no es la mejor alternativa para la producción de alimentos para las masas.
El OGM son transgénicos, creados artificialmente en laboratorios por ingenieros genéticos, sin importar las barreras entre especies ni reinos de la naturaleza; así, pueden usarse genes de salmones en tomates. (Véase, Wikipedia)
Una de la empresa que produce este tipo de tecnología es Monsanto.
Monsanto es una corporación norteamericana con un currículo espantoso. Uno de los mayores contaminantes de la era industrial, hoy, líder mundial de los OGM y cuyo monopolio amenaza la seguridad alimenticia mundial.
Ha penetrado en el agronegócio de muchos países en el mundo. En América Latina ha tenido éxito en países como Paraguay, donde influyó en el golpe de estado a Fernando Lugo, un Presidente elegido democráticamente por su pueblo, en Junio de 2012.
“Hubo un golpe de Estado parlamentario en el que los argumentos para un juicio político no tienen ningún valor y fueron rebatidos ampliamente por los defensores”, dijo Lugo en una improvisada rueda de prensa en un canal de TV en Paraguay, destacó AFP el 24 de Junio de 2012.
Pero vamos a ir un poco más hacia las raíces de las causas de todo esto…
El golpe de estado en Paraguay no fue un evento ocurrido de la nada porque su presidente era un incapacitado o moralmente incorrecto.
Paraguay es un país con una fuerte oligarquía vinculada al agronegócio transnacionales y con una historia de dictadura fascista; el movimiento progresista tenía enormes dificultades. Cientos de progresistas habían estado en el exilio durante muchos años debido a la represión política. Y las fuerzas que apoyaban a Lugo estaban divididas.
La oligarquía dominante vinculada al agronegócio promovió la fuerza de Monsanto en ese país y al estar Lugo con un apoyo del pueblo y el campesinado se motivo a hacer concesiones que lo llevaron a tomar decisiones no muy agradables para los agrodominantes.
El 21 de octubre de 2011, el Ministerio de Agricultura y Ganadería, dirigido por el liberal Enzo Cardozo, liberó ilegalmente la semilla de algodón transgénico Bollgard BT de la compañía norteamericana de biotecnología Monsanto, para su siembra comercial en Paraguay. Las protestas campesinas y de organizaciones ambientalistas no se dejaron esperar. El gen de este algodón está mezclado con el gen del Bacillus Thurigensis, una bacteria tóxica que mata a algunas plagas del algodón, como las larvas del picudo, un coleóptero que oviposita en el capullo del textil. (Véase, Monsanto golpea en Paraguay: Los muertos de Curuguaty y el juicio político a Lugo, Idilio Méndez Grimaldi)
El Servicio de Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas, SENAVE, otra institución del Estado paraguayo, dirigido por Miguel Lovera, no inscribió dicha semilla transgénica en los registros de cultivares, por carecer de los dictámenes del Ministerio de Salud y de la Secretaría del Ambiente, tal como exige la legislación. (Véase, Monsanto golpea en Paraguay: Los muertos de Curuguaty y el juicio político a Lugo, Idilio Méndez Grimaldi)
Durante los meses posteriores, Monsanto, a través de la Unión de Gremios de Producción, UGP, estrechamente ligada al Grupo Zuccolillo, que publica el diario ABC Color, arremetió contra SENAVE y su presidente por no inscribir la semilla transgénica de Monsanto para su uso comercial en todo el país. (Véase, Monsanto golpea en Paraguay: Los muertos de Curuguaty y el juicio político a Lugo, Idilio Méndez Grimaldi)
De ahí en adelante se desata en Paraguay una campaña de guerra psicológica por parte de los medios de comunicación controlados por la oligarquía para desacreditar y que se destituya al director del SENAVE.
La guerra psicológica y desinformación en Paraguay generó una presión social que llevó a la Cámara de Diputados de Paraguay firmar y aprobar un Protocolo de Ley de Bioseguridad, donde se le daba al Ministerio de Agricultura la potestad para la aprobación para su uso comercial de ese cultivo en todas las semillas transgenicas.
Las transnacionales del agronegocio en Paraguay prácticamente no pagan impuestos, mediante la férrea protección que tienen en el Congreso, dominado por la derecha. La presión tributaria en Paraguay es apenas del 13% sobre el PIB. El 60 % del impuesto recaudado por el Estado paraguayo es el Impuesto al Valor Agregado, IVA. Los latifundistas no pagan impuestos. El impuesto Inmobiliario representa apenas el 0,04% de la presión tributaria, unos 5 millones de dólares, según un estudio del Banco Mundial (2) aún cuando el agronegocio produce rentas en torno al 30 % del PIB, que representan unos 6.000 millones de dólares anuales. (Véase, Monsanto golpea en Paraguay: Los muertos de Curuguaty y el juicio político a Lugo, Idilio Méndez Grimaldi)
En septiembre de 2012, Food and Chemical Toxicology, una revista científica internacional, dio a conocer un estudio realizado por un equipo de científicos de la Universidad de Caen en Francia dirigido por el Profesor Gilles-Eric Séralini. Antes de la publicación del estudio de Seralini habían sido revisados durante un periodo de cuatro meses por un calificado grupo de pares científicos por su metodología y se consideró publicable.
No fue una empresa amateur. Los científicos de Caen hicieron que los resultados fueran cuidadosamente documentados de pruebas en un grupo de 200 ratas durante un período de vida de dos años, básicamente con un grupo ratas alimentadas con No-OGM, y el otro un grupo de ratas alimentadas con OGM.
Es significativo que, después de una larga batalla legal, pero finalmente exitosa para obligar a la empresa Monsanto a conocer los detalles de su propio estudio de la seguridad de su propio maíz
NK603 (maíz), Seralini y sus colegas reprodujeron un estudio realizado en 2004 publicado por Monsanto en la misma revista y utilizado por el European Food Safety Authority (EFSA) para su evaluación positiva de 2009 NK603. (Véase, El cáncer de la corrupción Semilla de la destrucción. El encubrimiento OGM de Monsanto, William Endgal)
Grupo de Seralini basa su experimento en el mismo protocolo que el estudio de Monsanto pero, críticamente, estaban probando más parámetros con más frecuencia. Y las ratas fueron estudiadas durante mucho más tiempo-su completo dos años promedio de por vida en lugar de tan sólo 90 días en el estudio de Monsanto. El lapso de tiempo resultó fundamental. Los primeros tumores aparecieron solamente 4 a 7 meses de iniciado el estudio. En los primeros estudios de 90 días sobre el maíz NK603 mismo OGM de Monsanto, los signos de toxicidad se ve pero se desestimó como “no es biológicamente significativa” por la industria y la EFSA por igual. Parece que eran de hecho muy significativo biológicamente. (Véase, El cancer de la corrupcion. Semilla de la destruccion. El encubrimiento OGM de Monsanto, William Endgal)
Sus resultados fueron más que alarmante. El estudio Seralini concluyó: “En las mujeres, todos los grupos tratados murieron 2-3 veces más que los controles, y con mayor rapidez. Esta diferencia fue visible en 3 grupos alimentados con organismos modificados genéticamente masculino … Las hembras desarrollaron grandes tumores de mama casi siempre con más frecuencia que antes, la pituitaria es el segundo órgano más incapacitado, el equilibrio hormonal del sexo fue modificada por tratamientos transgénicos y el Roundup. En los hombres tratados, congestiones hepáticas y necrosis fueron 2,5-5,5 veces mayor. Esta patología se confirmó por microscopía óptica y electrónica de transmisión. Nefropatías renales marcadas y severas también eran generalmente 1.3-2.3 mayor. Los varones presentaron cuatro veces más grandes tumores palpables. (Véase, El cáncer de la corrupción Semilla de la destrucción El encubrimiento OGM de Monsanto, William Endgal)
En la India de Monsanto ilustra la monopolización y manipulación de la economía, la tradición, tecnología y mal gobierno.
En un país de más de 550 millones de agricultores que en gran parte son pobres y sin educación y un mercado agrícola plagado de prácticas ineficientes, el gobierno de India intentó en su momento su reforma mediante la eliminación de subsidios y préstamos a los agricultores.
Pero esta reforma no ayudó a los agricultores. Con la presión del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), el gobierno indio ha “forzado la liberalización del mercado interno lo que significa la eliminación de cualquier subsidio y prestamos con aval del estado a los granjeros”.
Aquí es donde entra Monsanto con sus semillas “mágicas”, prometiendo transformar la vida de los pobres agricultores. (Véase, El devastador impacto de las semillas de Monsanto en la India, Igbal Ahmed)
El gigante estadounidense del agronegócio tomó completa ventaja de su entrada al mercado indio. Hizo un acuerdo con los gobiernos estatales, incluidos Rajasthan y Andhara Pradesh, para introducir un Memorandum de Entendimiento (MOU) que dictaba las condiciones de difusión de los organismos modificados genéticamente (OGM) en el mercado local. Para Monsanto, una cosa era convencer a los agricultores de usar sus semillas artificiales con el fin de mejorar sus vidas y otra muy
distinta era manipular la naturaleza y la tecnología para sacar mayor provecho de ellas. (Véase, El devastador impacto de las semillas de Monsanto en la India, Igbal Ahmed)
Las semillas de Monsanto no produjeron lo que la compañía había indicado. Las costosas semillas acumularon deudas y destruyeron campos de cultivo. En muchos casos, las cosechas simplemente no se materializaron. Los agricultores no eran conscientes de que las semillas transgénicas requieren más agua que las semillas tradicionales y la falta de lluvia en muchas partes del país sólo aumento las perdidas.
Sin la cosecha, los granjeros no pudieron pagar los préstamos adquiridos. Agobiados por las deudas y las humillaciones, muchos se quitaron la vida, alguno incluso mediante la ingesta de pesticidas tóxicos en frente de sus familias. Hasta la fecha, se estima que unos 200 mil agricultores se han quitado la vida en lo que se denomina popularmente el “genocidio transgénico”. Lo peor es que muchas mujeres se ven obligadas a heredar la deuda ante el temor de perder sus hogares y tierras. Sin dinero, muy pronto los hijos deben abandonar la escuela. (Véase, El devastador impacto de las semillas de Monsanto en la India, Igbal Ahmed)
Hasta el momento muchos dominicanos, incluyendo al Presidente Danilo Medina, desconocen la magnitud de las operaciones de esta corporación que busca eliminar por completo el cultivo natural, afectar los latifundios de siembra y afectar la salud de los seres humanos.
Esperamos que todos los dominicanos puedan entender la magnitud de estas operaciones que se quieran llevar a cabo, porque literalmente se trata de vida o muerte!
De:
http://eldiario.do/opinion/item/3888-el-protocolo-de-los-sabios-del-ogm
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