martes, 3 de junio de 2014

Amaranto contra Monsanto

Umberto Senegal
Haberle susurrado a Flaubert la palabra amaranto, mientras este leía sus manuscritos en voz alta para encontrarles cadencias a los vocablos. Una planta con timbre de mar. De amar y de rama, de canto y de tanto. En griego significa que no se marchita. Sus flores de borlas rojas semejan sangre goteando. Otra especie presenta flores verdes, tornándose color crema con el avance de los días.
Portentosas sus propiedades, otrora sagrada para incas, mayas y aztecas y cultivada desde hace 7.000 años. De alto grado nutricio, en China, India, Perú, Bolivia, Ecuador y otras naciones, es alimento fundamental por contener más proteínas y vitaminas que la soja y mayor valor protéico que la leche de vaca. Conjeturado como alimento del futuro, el amaranto fue una de las pocas plantas que germinó en el espacio, donde nutrió astronautas. Contiene lisina y triptofano, aminoácidos imprescindibles para la subsistencia humana. Bomba mirífica de vida en la comida mundial, un arbusto hospeda hasta un millón de semillas. Resistente a climas fríos y secos, produciendo oxígeno a raudales prolifera en suelos pobres.

Absorbe CO2, afrontando la depredación herbicida de Monsanto y hostigando sus contaminadores cultivos transgénicos. Hungría, destruyó todo su maíz transgénico. Perú, prohibió productos modificados genéticamente. Amaranto soporta la generalidad de climas sin problemas con insectos ni enfermedades de ningún tipo. Sus porcentajes de serotonina incentivan el buen humor. Más de 90 naciones delimitan y prohiben todo tipo de cultivos transgénicos e importaciones de alimentos con base en ellos.
Así se elabora una protectora bomba kiwicha: 1 kilo de amaranto, 1 kilo de humus de lombriz, 4 kilos de arcilla, suero de leche o agua.
Se mezcla todo, formando bolitas que se ponen a secar al sol durante dos días y luego, reservado acto de amor a la tierra, se dispersan por campos con cultivos transgénicos o en parajes donde decidamos reproducir tan extraordinario alimento. Lo consumo preparado como arroz, en rollitos de tomate, asado y en diversos guisos. La semilla no contiene gluten.
Amaranto es el más práctico y efectivo adversario de Monsanto. Propongo leer El mundo según Monsanto, libro de la periodista Marie-Monique Robin, con documentadas denuncias que incentivarán para confeccionar bombas cola-de-zorro o moco-de-pavo. García Márquez, no estuvo al tanto de sus propiedades cuando a una de sus personajes la nombró Amaranta, mujer negadora de la sexualidad, personificación del resentimiento y el odio. Cumpliendo específicas fechas del calendario azteca, las precolombinas indígenas machacaban la semilla de amaranto, mezclándola con miel de abejas, infusión de maguey o sangre humana para modelar aves o dioses que consumían durante ceremonias en templos y reuniones familiares, metáfora de comunión con sus deidades. Amaranto…fluctuante vocablo inspirador. Como Tamiela, palabra copta que desbordaba el asombro semántico de Lezama Lima.


De:
http://www.cronicadelquindio.com/noticia-noticia_opinion-seccion-opinion-titulo-amaranto_contra_monsanto-op-9830.htm

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