Diputados, académicos y ecologistas presentan proyecto de ley que declara una moratoria nacional a la liberación y cultivo de organismos vivos modificados (transgénicos). Iniciativa declararía de interés público y nacional el fomento de prácticas agroecológicas.
El día mundial de la alimentación (16 de octubre) fue
aprovechado por un grupo de ecologistas y ciudadanos para presentar en
la Asamblea Legislativa, junto a diputados del Acción Ciudadana y Frente
Amplio, un proyecto de ley que fomenta la agricultura orgánica y
establece una moratoria a los cultivos de transgénicos en todo el país.
En los últimos meses municipalidades de todas las
provincias y regiones del país se han sumado a declararse como “libres
de cultivos transgénicos”, llegando a cubrir el 77% del territorio
nacional y el 82% de la población del país.
El proyecto declara de interés público y nacional el
fomento de prácticas agroecológicas. El artículo 4 indica: “El Estado
garantizará la expansión y fomento de las mismas mediante políticas
específicas, educación, asesoramiento técnico a los productores o
cualquier otra medida necesaria para este fin. Para tal efecto, el
Estado deberá incluir este ámbito de política dentro del Plan Nacional
de Desarrollo”.
Asimismo, la iniciativa plantea la prohibición de la
liberación de cultivos transgénicos en el territorio nacional, no
restringiendo con ello la investigación científica en ambientes
confinados. En el artículo 3 indica “Las investigaciones científicas
con organismos vivos modificados serán permitidas única y exclusivamente
en ambientes confinados controlados por medidas específicas que limiten
de forma efectiva su contacto con el medio exterior o sus efectos sobre
dicho medio. No se podrán realizar ensayos en campo, ni liberar en el
ambiente los productos que se generen”.
La actividad fue precedida de un colorido y
entusiasta ambiente del sector ecologista que realizó varias actividades
de intercambios de semillas criollas. Diputados de Acción Ciudadana
(PAC), como Jorge Gamboa y Claudio Monge, y del Frente Amplio (FA), como
José María Villalta, reconocieron la importancia de establecer la
moratoria a los cultivos, como ya lo han hecho varios países de América
Latina y Europa.
Para el diputado Jorge Gamboa “el principal problema
es que los transgénicos no se pueden controlar, una vez que se siembran
estos se polinizan o se esparcen”. Además, “los transgénicos más que ser
una opción para los/as pequeños/as agricultores/as son una amenaza”,
indicó Gamboa.
Monge aprovechó para hacer un llamado a los
municipios que aún no se han declarado como territorios libres de
transgénicos. “Hoy ya hay 63 cantones que han elegido un modelo de
desarrollo agrícola sin organismos alterados genéticamente. Esta es una
decisión en defensa de la vida y las semillas. Sumar su cantón a esta
contienda nacional es urgente y necesario”, dijo el legislador.
Para Villalta “la moratoria indefinida es urgente.
Con los transgénicos son demasiados los riesgos a la vida y a la
biodiversidad; y los beneficios quedan solo para las grandes
corporaciones. Los transgénicos son del pasado, el futuro para Costa
Rica debe de ser agroecológico”, señaló.
La jornada finalizó en las afueras de la Asamblea
Legislativa en medio de una multitudinaria concentración de personas y
un colorido altar de semillas y frutas que los y las participantes
construyeron.
El vocero de Bloque Verde y agrobiólogo Fabián
Pacheco explicó que en esta jornada se liberaron semillas que “han sido
traídas por las compañeras campesinas desde diversas comunidades del
país. Llevémonos lo que vayamos a sembrar y cultivémoslas con cariño.
Estas son nuestras semillas de libertad, para poder construir la Costa
Rica que merecemos, para un germinar agroecológico de alimentos sanos y
semillas, sin patentes ni plaguicidas”.
Los transgénicos son organismos en los cuales el
material genético (ADN) ha sido alterado de un modo artificial mediante
biotecnología. Con esto se transfieren genes seleccionados individuales
de un organismo a otro, también entre especies no relacionadas, por
ejemplo entre animales y plantas. La naturaleza nunca produciría este
tipo de cruzamiento genético y tienen riesgos sobre el ambiente y la
gente.
Ecologistas, académicos y activistas sociales han
mantenido una campaña que ha logrado la declaratoria de 63 municipios
libres de transgénicos, lucha que ahora llevan a la Asamblea
Legislativa.
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