En la presentación de CropLife en Costa Rica, ambientalistas
comprometidos con su país enfrentaron a Martín Zúñiga, director de esta
empresa en Centroamérica y el Caribe, una corporación asociada a
Monsanto según puede leerse en su sitio oficial de internet.
Mientras tanto, en el país, el 63% de los cantones se han declarado
Territorios Libres de Transgénicos y sin embargo, para el gobierno, esto
no significa absolutamente nada, ejemplo de ello es el evidente
desagrado que tienen estos productos entre los costarricenses, pero es
solo cuestión de tiempo para que el resto de cantones se vayan sumando a
esta importante iniciativa.
Pese a lo anterior, en la entrevista
que hiciera el programa Era Verde, el señor Zúñiga afirma que “estamos
hablando de cómo alimentar 9100 millones de personas en el año 2050 y
eso implica, de acuerdo con Naciones Unidas, prácticamente duplicar la
producción que tenemos hoy con el gran reto de hacerlo cada vez con
menos tierras disponibles”.
Sin embargo, el director de CropLife manipula la información de las
Naciones Unidas, principalmente de dos órganos muy importantes: el
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la
Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Esto porque, como puede leerse en sus palabras, afirma que, con base en
los datos de Naciones Unidas, se tendría que duplicar la producción
agrícola para cumplir con la meta de alimentar al mundo para el año
2050.
Mas estos organismos contradicen lo expuesto por el señor Zúñiga. El PNUMA, citando a la FAO, afirma que
“cada año se desperdician 1,3 billones de toneladas de comida. Esta
cifra equivale a la producción alimentaria de todo el África
Subsahariana. Al mismo tiempo, una de cada siete personas del planeta se
va a la cama hambrienta y más de 20.000 niños de menos de 5 años mueren
de hambre cada día.”
Lo anterior significa, según la FAO,
que en el mundo se desperdicia, en total, “un tercio de toda la
producción global de este sector”, siendo los países más desarrollados
donde el desecho de comida se convierte en norma. Por lo tanto, según el
PNUMA, esta situación “complica la capacidad del planeta de reducir el
hambre y satisfacer la demanda alimentaria de una población en rápido
crecimiento”.
¿Es la solución los transgénicos y el aumento de la producción? Para
nada. Según el estudio realizado para el congreso internacional SAVE
FOOD!, de 2011, llamado Pérdidas y Desperdicio en el Mundo. Alcances, causas y prevención
de la FAO, demuestra que las soluciones son otras, principalmente una
mejor gestión, creación de cooperativas, apoyo mutuo entre agricultores,
organización de los campesinos, producir para el mercado interno,
mejorar la infraestructura, entre otras.
La solución al hambre es fácil, sólo falta voluntad y menos
servilismo. No se trata de producir más, ni mucho menos cultivar los
peligrosos transgénicos, lo que debe hacerse es evitar el enorme
desperdicio en los países desarrollados, a la vez que se protege a los
productores nacionales. En un planeta que produce alimentos suficientes
para 12000 millones de personas, es decir, casi el doble de la población
mundial según datos de la FAO y citados
por la académica Esther Vivas para el diario El País de España, resulta
inadmisible que se pretenda justificar el cultivo de transgénicos
usando argumentos claramente manipulados y sin ningún sustento material.
Entonces señor Zúñiga, no hay que duplicar la producción, lo que debe
hacerse es exigir que los países ricos dejen de acaparar la comida y de
tirarla a la basura.
Fuente:
http://revista-amauta.org/2013/10/una-aclaracion-sobre-el-hambre-los-transgenicos-y-croplife/
No hay comentarios:
Publicar un comentario