Nono, un anciano agricultor
de maíz en Qunu, Sudáfrica, vierte el maíz en una cubeta. Mucho del maíz
producido en el país ahora está genéticamente modificado. (Carl de
Souza/AFP/Imágenes Getty)
El gobierno de Sudáfrica abre cada vez más la puerta a los organismos modificados
genéticamente (OMG), junto a las cuestiones que plantea a medida que surgen
arrebatadores cambios a la industria agrícola del país.
Muchas naciones africanas desconfían de la acogida de los OMG. Sudáfrica, sin embargo, es ahora el octavo productor de OMG más grande del mundo, con 2,9 millones de hectáreas (4,9 millones de acres) de maíz transgénico, soya y algodón cultivado en el 2012.
Uno de los principales problemas que enfrenta Sudáfrica, es el aumento de la resistencia de plagas en los cultivos transgénicos. El mal uso de la tecnología sería el factor determinante, dicen algunos investigadores.
Resistencia de plagas y mal uso de la biotécnica
Las plagas han sido un gran problema en Sudáfrica durante décadas, y cuando los cultivos transgénicos se introdujeron por primera vez, se vieron como una nueva y necesaria solución al problema.
A pesar del alto costo de la semillas transgénicas, la adopción por muchos agricultores fue rápida, constante, y generalizada.
Los primeros cultivos transgénicos, híbridos de maíz amarillo de Monsanto, se introdujeron en 1997. Para el 2009, el 98% de algodón, el 85% de soya, y el 73% de maíz ya se cultivaban en el país con OMG.
Durante la transición en masa, sin embargo, se pasó por alto algunas regulaciones y controles, y el resultado fue el desarrollo de resistencia por parte de las plagas y toxinas producidas por las plantas modificadas genéticamente. A las plantas se las diseñó genéticamente para matar plagas.
Áreas de refugio se supone deben instaurarse, donde un cierto número de plagas pueden vivir, para que no se desarrolle resistencia. Johnnie Van den Berg, de la Facultad de Ciencias Ambientales y Desarrollo de la Universidad North-West trabajó con investigadores para estudiar a 105 agricultores comerciales. La mayoría de agricultores no cumplieron los requisitos en las zonas de refugio.
A causa de este error crítico, el parásito, atacó y perforó los tallos del maíz GM, y desarrolló una resistencia extendiéndose a los cultivos.
“Este estudio demuestra la irresponsable gestión en la tecnología de cultivos GM por parte de los agricultores, químicos, y empresas de semillas”, dijeron los investigadores en el informe de 2010.
Los agricultores tuvieron diversas opiniones sobre la creciente resistencia del perforador de tallos. En Christiana, una de las seis zonas encuestadas, los granjeros estuvieron altamente conscientes de la resistencia, y sólo el 34% dijo que plantarían maíz Bt en el futuro.
En las otras cinco áreas, la gran mayoría del (70% al 100%) dijo que plantarán maíz Bt en el futuro, aunque por lo menos el 45% en cada área, dijo que la creciente resistencia del perforador de tallos puede impedir que lo hagan.
Al mismo tiempo, la mayoría de los agricultores expresaron una actitud general positiva hacia el maíz Bt, asociándolo con el aumento de productividad y fácil administración.
¿Los alimentos GM son necesarios en Sudáfrica?
El Profesor Van den Berg escribió en un correo electrónico a La Gran Época, que hay muchos beneficios para cultivos modificados genéticamente, incluyendo ahorro de dinero por parte de los agricultores, menos gastos en fertilizantes y otros insumos, así como mayor rendimiento. Sin embargo, las plagas desarrollaron resistencia tanto contra el algodón Bt y el maíz en algunas zonas de Sudáfrica, lo cual significa que “el valor de la tecnología GM” se perdió en estas áreas, dijo.
“El principal mensaje que enviamos a la industria y comunidad agrícola, es que la administración de tecnología GM es muy importante, y no debe utilizarse como un método de destrucción, sino como parte integrada contra plagas y una estrategia en el manejo de la maleza”, indicó. Las empresas privadas, tales como Monsanto, desarrollan tecnologías GM que determinarán el futuro de los cultivos transgénicos en Suráfrica, puntualizó Berg.
La creciente resistencia de las plagas es parte de un fenómeno en todo el mundo.
En un análisis de 77 estudios realizados en ocho países, un equipo de científicos estadounidenses y franceses encontró que casi la mitad de las principales especies de plagas se volvieron resistentes al Bt en el algodón o en plantas de maíz, incluyendo las de Sudáfrica.
“Adoptar medidas más estrictas para retrasar la resistencia, como requerir más refugios, o probablemente la plaga desarrollará resistencia rápidamente”, dijo Bruce Tabashnik, profesor de la Universidad de Arizona y autor principal del estudio publicado en la revista Nature Biotechnology.
Por otro lado, el desarrollo de resistencia en plagas es inevitable, incluso con plaguicidas convencionales, dijo Karl Kunert, profesor del Departamento de Ciencia de Plantas del Instituto de Biotecnología Agrícola y Forestal de la Universidad de Pretoria.
Mientras que la “resistencia ocurra definitivamente” con todos los pesticidas, incluyendo los producidos por los transgénicos, la correcta aplicación de la tecnología GM “retrasa tal desarrollo de la resistencia, lo que sin duda habla para la tecnología”, escribió en un correo electrónico.
Dijo que Sudáfrica todavía no tiene la experiencia necesaria para hacer frente a cultivos transgénicos, pero los cultivos podrían tener beneficios más allá de producir alimentos, tales como proporcionar oportunidades económicas y beneficios de salud en las zonas menos desarrolladas.
“Un ejemplo sencillo es el algodón con mejor calidad de fibra”, dijo. Se “refiere a la necesidad de mejorar la nutrición, que no puede fácilmente resolverse simplemente aumentando la comida en África”.
Por lo tanto, el asunto de si es necesario que los cultivos transgénicos se cultiven allí, “es más bien una situación de beneficio y demanda para agricultores y consumidores”.
Watchdog Biowatch Sudáfrica OMG tiene una perspectiva diferente.
Rose Williams, directora de Biowatch, escribió en un correo electrónico a La Gran Época, que los cultivos transgénicos no son necesarios. Ellos socavan la soberanía alimentaria para el país, dijo.
Williams citó cuatro razones por las que los cultivos transgénicos no son necesarios.
En primer lugar, las semillas están patentadas, es decir, los agricultores tienen que comprar semillas cada año, en lugar de volver a usarlas. En segundo lugar, el riesgo relativo de los cultivos transgénicos contamina altamente a los cultivos no modificados genéticamente. En tercer lugar, la falta de biodiversidad en el modelo industrial del monocultivo donde los transgénicos son parte. Por último, los productos químicos utilizados en producción OMG “envenena la tierra” y “no forman parte de los alimentos sanos y culturalmente apropiados”.
Un ciclo negativo
Mariam Mayet, abogada ambientalista que representa a Biowatch Sudáfrica, habló del aumento del uso de pesticidas y herbicidas.
La creciente resistencia de plagas, obligó a Monsanto, uno de los principales productores de cultivos transgénicos y pesticidas, a vender más productos químicos a los agricultores para el control epidémico, dijo. Monsanto abandonó por completo la variedad de maíz que se utiliza e introdujo otra variedad.
“Esto también dará lugar a la evolución de insectos, lo cual exige un mayor uso de pesticidas, por lo que ‘la cinta’ continuará”, dijo vía correo electrónico.
Mayet también está en desacuerdo con las declaraciones habituales de que los cultivos GM disminuyen el uso de plaguicidas, conducen a un mejor rendimiento y son menos susceptibles a las plagas y la sequía.
En Estados Unidos, por ejemplo, introducir cultivos transgénicos se tradujo en un aumento neto del uso de pesticidas, dijo Mayet, citando una investigación del Centro Orgánico. De 1996 a 2009, la aplicación de pesticidas se incrementó en 144.000 toneladas. En Brasil, las ventas de plaguicidas aumentaron en un 72% desde 2006 hasta 2012.
“Parece que estamos imitando estas tendencias aquí en Sudáfrica. Más de la mitad de nuestro maíz GM ahora es tolerante al herbicida glifosato y doméstico [un tipo de herbicida], en consecuencia su uso se disparó de 12 millones de litros [3 millones de galones] en 2006, a 20 millones de litros [5 millones de galones] en la actualidad. Además, entre 2007 y 2011 las importaciones de glifosato aumentaron en un 177%”, indicó Mayet.
“Esto en un caso especialmente preocupante para Sudáfrica, ya que está claro que nuestras autoridades de seguridad alimentaria no tienen la capacidad de controlar adecuadamente los niveles de residuos de plaguicidas en alimentos”, dijo la abogada ambientalista.
Postura del gobierno en los reglamentos
La página web del Departamento de Asuntos Ambientales del país describe los posibles beneficios de los cultivos transgénicos, entre ellos, un mayor rendimiento y un menor uso de herbicidas. Sin embargo, el departamento también describe sus principales preocupaciones, incluyendo los riesgos potenciales para la salud humana y animal.
Los cultivos transgénicos son investigados por varias agencias antes de ser aprobados para la producción comercial. En particular, un tipo de desarrollo local de papa GM fue rechazado en 2009, a pesar de que 49 variedades de canola, algodón, maíz, arroz y soja, fueron aprobados en el país.
Además, granos importados de Estados Unidos no son permitidos en Sudáfrica, a menos que acompañe un permiso certificando que el grano está molido y no debe ser plantado en el país. El maíz de Estados Unidos no es aceptado en absoluto.
Los funcionarios dicen que quieren asegurarse de que los OMG no se apoderen completamente de las cepas locales.
Ilustrativo del modo de pensar de muchos funcionarios electos que intervinieron en un debate parlamentario en 2006, sobre una enmienda de ley para los OMG, el entonces diputado Dr. Ruth Rabinowitz dijo: “A pesar de que Sudáfrica no podía permitirse no desarrollar la biotecnología, tampoco debería permitirse el no desarrollar [cultivos] de agricultura orgánica o plantas autóctonas.
“Estos dos campos se están sacrificando para desarrollar biotecnología”, dijo.
Un proyecto de ley actualmente sobre la mesa, podría cerrar un vacío en la actual ley del etiquetado de los OGM, ordenando que todos los alimentos modificados con ingredientes genéticos en más del 0.9% sean etiquetados.
El manifiesto del Departamento de Ciencia y de Tecnología en estados de biotecnología declararon que los cultivos transgénicos son seguros, porque los aprobados en Sudáfrica fueron “sometidos a extensas pruebas y regulaciones”. Al mismo tiempo, dice, “hay grupos que creen que los efectos de los OMG sólo serán determinados después de muchos, muchos años de consumo, y hasta este momento, debemos proceder con cautela”.
No parece que se hayan realizado en el país estudios sobre los efectos en la salud de los alimentos modificados, aunque los investigadores examinaron otros aspectos.
Científicos sudafricanos están desarrollando variedades únicas GM que no se encuentran en ningún otro lugar, sin embargo, esto podría causar problemas en la exportación a países que prohíben cepas transgénicas no aprobadas, según un estudio del Consejo de Investigación Científica e Industrial de 2010 titulado “Los OGM en África: oportunidades y desafíos para Sudáfrica”.
Varios problemas persisten en el país, incluyendo escasez de fondos para la investigación de biotecnología agrícola y de expertos capacitados en biodiversidad, lo cual significa que un solo cultivo transgénico (MON810) de los 129 del país está supervisado.
Aunque la producción de cultivos GM se mantiene separada de los cultivos no modificados genéticamente, el Instituto Nacional Surafricano de Biodiversidad, expuso en un estudio de 2011 un flujo de genes desde el maíz Bt GM al maíz no GM. Actualmente, la mayoría de los agricultores cultivan maíz transgénico, y la polinización cruzada ocurre a pesar de los esfuerzos para separar los cultivos, es difícil encontrar maíz no GM en el país.
Conocimiento y etiquetado de OMG
Un estudio de 7.000 personas mayores de 16 años en todo el país, encontró que ocho de cada diez sudafricanos no tienen conocimientos sobre biotecnología. El estudio realizado en 2005 por la Comprensión Pública de la Biotecnología, encontró que el 63% de los encuestados no sabía si alguna vez consumió alimentos que contienen ingredientes genéticamente modificados.
Así mismo en 2005, los investigadores del Centro de Pruebas de OMG en la Universidad del Estado Libre, informó sobre la carencia de un sistema para verificar las afirmaciones hechas en las etiquetas. Encontraron que el 71% de los productos en tiendas sudafricanas, rotuladas “no transgénico”, “libre de transgénicos”, contenían ingredientes “orgánicos” modificados genéticamente.
Muchas naciones africanas desconfían de la acogida de los OMG. Sudáfrica, sin embargo, es ahora el octavo productor de OMG más grande del mundo, con 2,9 millones de hectáreas (4,9 millones de acres) de maíz transgénico, soya y algodón cultivado en el 2012.
Uno de los principales problemas que enfrenta Sudáfrica, es el aumento de la resistencia de plagas en los cultivos transgénicos. El mal uso de la tecnología sería el factor determinante, dicen algunos investigadores.
Resistencia de plagas y mal uso de la biotécnica
Las plagas han sido un gran problema en Sudáfrica durante décadas, y cuando los cultivos transgénicos se introdujeron por primera vez, se vieron como una nueva y necesaria solución al problema.
A pesar del alto costo de la semillas transgénicas, la adopción por muchos agricultores fue rápida, constante, y generalizada.
Los primeros cultivos transgénicos, híbridos de maíz amarillo de Monsanto, se introdujeron en 1997. Para el 2009, el 98% de algodón, el 85% de soya, y el 73% de maíz ya se cultivaban en el país con OMG.
Durante la transición en masa, sin embargo, se pasó por alto algunas regulaciones y controles, y el resultado fue el desarrollo de resistencia por parte de las plagas y toxinas producidas por las plantas modificadas genéticamente. A las plantas se las diseñó genéticamente para matar plagas.
Áreas de refugio se supone deben instaurarse, donde un cierto número de plagas pueden vivir, para que no se desarrolle resistencia. Johnnie Van den Berg, de la Facultad de Ciencias Ambientales y Desarrollo de la Universidad North-West trabajó con investigadores para estudiar a 105 agricultores comerciales. La mayoría de agricultores no cumplieron los requisitos en las zonas de refugio.
A causa de este error crítico, el parásito, atacó y perforó los tallos del maíz GM, y desarrolló una resistencia extendiéndose a los cultivos.
“Este estudio demuestra la irresponsable gestión en la tecnología de cultivos GM por parte de los agricultores, químicos, y empresas de semillas”, dijeron los investigadores en el informe de 2010.
Los agricultores tuvieron diversas opiniones sobre la creciente resistencia del perforador de tallos. En Christiana, una de las seis zonas encuestadas, los granjeros estuvieron altamente conscientes de la resistencia, y sólo el 34% dijo que plantarían maíz Bt en el futuro.
En las otras cinco áreas, la gran mayoría del (70% al 100%) dijo que plantarán maíz Bt en el futuro, aunque por lo menos el 45% en cada área, dijo que la creciente resistencia del perforador de tallos puede impedir que lo hagan.
Al mismo tiempo, la mayoría de los agricultores expresaron una actitud general positiva hacia el maíz Bt, asociándolo con el aumento de productividad y fácil administración.
¿Los alimentos GM son necesarios en Sudáfrica?
El Profesor Van den Berg escribió en un correo electrónico a La Gran Época, que hay muchos beneficios para cultivos modificados genéticamente, incluyendo ahorro de dinero por parte de los agricultores, menos gastos en fertilizantes y otros insumos, así como mayor rendimiento. Sin embargo, las plagas desarrollaron resistencia tanto contra el algodón Bt y el maíz en algunas zonas de Sudáfrica, lo cual significa que “el valor de la tecnología GM” se perdió en estas áreas, dijo.
“El principal mensaje que enviamos a la industria y comunidad agrícola, es que la administración de tecnología GM es muy importante, y no debe utilizarse como un método de destrucción, sino como parte integrada contra plagas y una estrategia en el manejo de la maleza”, indicó. Las empresas privadas, tales como Monsanto, desarrollan tecnologías GM que determinarán el futuro de los cultivos transgénicos en Suráfrica, puntualizó Berg.
La creciente resistencia de las plagas es parte de un fenómeno en todo el mundo.
En un análisis de 77 estudios realizados en ocho países, un equipo de científicos estadounidenses y franceses encontró que casi la mitad de las principales especies de plagas se volvieron resistentes al Bt en el algodón o en plantas de maíz, incluyendo las de Sudáfrica.
“Adoptar medidas más estrictas para retrasar la resistencia, como requerir más refugios, o probablemente la plaga desarrollará resistencia rápidamente”, dijo Bruce Tabashnik, profesor de la Universidad de Arizona y autor principal del estudio publicado en la revista Nature Biotechnology.
Por otro lado, el desarrollo de resistencia en plagas es inevitable, incluso con plaguicidas convencionales, dijo Karl Kunert, profesor del Departamento de Ciencia de Plantas del Instituto de Biotecnología Agrícola y Forestal de la Universidad de Pretoria.
Mientras que la “resistencia ocurra definitivamente” con todos los pesticidas, incluyendo los producidos por los transgénicos, la correcta aplicación de la tecnología GM “retrasa tal desarrollo de la resistencia, lo que sin duda habla para la tecnología”, escribió en un correo electrónico.
Dijo que Sudáfrica todavía no tiene la experiencia necesaria para hacer frente a cultivos transgénicos, pero los cultivos podrían tener beneficios más allá de producir alimentos, tales como proporcionar oportunidades económicas y beneficios de salud en las zonas menos desarrolladas.
“Un ejemplo sencillo es el algodón con mejor calidad de fibra”, dijo. Se “refiere a la necesidad de mejorar la nutrición, que no puede fácilmente resolverse simplemente aumentando la comida en África”.
Por lo tanto, el asunto de si es necesario que los cultivos transgénicos se cultiven allí, “es más bien una situación de beneficio y demanda para agricultores y consumidores”.
Watchdog Biowatch Sudáfrica OMG tiene una perspectiva diferente.
Rose Williams, directora de Biowatch, escribió en un correo electrónico a La Gran Época, que los cultivos transgénicos no son necesarios. Ellos socavan la soberanía alimentaria para el país, dijo.
Williams citó cuatro razones por las que los cultivos transgénicos no son necesarios.
En primer lugar, las semillas están patentadas, es decir, los agricultores tienen que comprar semillas cada año, en lugar de volver a usarlas. En segundo lugar, el riesgo relativo de los cultivos transgénicos contamina altamente a los cultivos no modificados genéticamente. En tercer lugar, la falta de biodiversidad en el modelo industrial del monocultivo donde los transgénicos son parte. Por último, los productos químicos utilizados en producción OMG “envenena la tierra” y “no forman parte de los alimentos sanos y culturalmente apropiados”.
Un ciclo negativo
Mariam Mayet, abogada ambientalista que representa a Biowatch Sudáfrica, habló del aumento del uso de pesticidas y herbicidas.
La creciente resistencia de plagas, obligó a Monsanto, uno de los principales productores de cultivos transgénicos y pesticidas, a vender más productos químicos a los agricultores para el control epidémico, dijo. Monsanto abandonó por completo la variedad de maíz que se utiliza e introdujo otra variedad.
“Esto también dará lugar a la evolución de insectos, lo cual exige un mayor uso de pesticidas, por lo que ‘la cinta’ continuará”, dijo vía correo electrónico.
Mayet también está en desacuerdo con las declaraciones habituales de que los cultivos GM disminuyen el uso de plaguicidas, conducen a un mejor rendimiento y son menos susceptibles a las plagas y la sequía.
En Estados Unidos, por ejemplo, introducir cultivos transgénicos se tradujo en un aumento neto del uso de pesticidas, dijo Mayet, citando una investigación del Centro Orgánico. De 1996 a 2009, la aplicación de pesticidas se incrementó en 144.000 toneladas. En Brasil, las ventas de plaguicidas aumentaron en un 72% desde 2006 hasta 2012.
“Parece que estamos imitando estas tendencias aquí en Sudáfrica. Más de la mitad de nuestro maíz GM ahora es tolerante al herbicida glifosato y doméstico [un tipo de herbicida], en consecuencia su uso se disparó de 12 millones de litros [3 millones de galones] en 2006, a 20 millones de litros [5 millones de galones] en la actualidad. Además, entre 2007 y 2011 las importaciones de glifosato aumentaron en un 177%”, indicó Mayet.
“Esto en un caso especialmente preocupante para Sudáfrica, ya que está claro que nuestras autoridades de seguridad alimentaria no tienen la capacidad de controlar adecuadamente los niveles de residuos de plaguicidas en alimentos”, dijo la abogada ambientalista.
Postura del gobierno en los reglamentos
La página web del Departamento de Asuntos Ambientales del país describe los posibles beneficios de los cultivos transgénicos, entre ellos, un mayor rendimiento y un menor uso de herbicidas. Sin embargo, el departamento también describe sus principales preocupaciones, incluyendo los riesgos potenciales para la salud humana y animal.
Los cultivos transgénicos son investigados por varias agencias antes de ser aprobados para la producción comercial. En particular, un tipo de desarrollo local de papa GM fue rechazado en 2009, a pesar de que 49 variedades de canola, algodón, maíz, arroz y soja, fueron aprobados en el país.
Además, granos importados de Estados Unidos no son permitidos en Sudáfrica, a menos que acompañe un permiso certificando que el grano está molido y no debe ser plantado en el país. El maíz de Estados Unidos no es aceptado en absoluto.
Los funcionarios dicen que quieren asegurarse de que los OMG no se apoderen completamente de las cepas locales.
Ilustrativo del modo de pensar de muchos funcionarios electos que intervinieron en un debate parlamentario en 2006, sobre una enmienda de ley para los OMG, el entonces diputado Dr. Ruth Rabinowitz dijo: “A pesar de que Sudáfrica no podía permitirse no desarrollar la biotecnología, tampoco debería permitirse el no desarrollar [cultivos] de agricultura orgánica o plantas autóctonas.
“Estos dos campos se están sacrificando para desarrollar biotecnología”, dijo.
Un proyecto de ley actualmente sobre la mesa, podría cerrar un vacío en la actual ley del etiquetado de los OGM, ordenando que todos los alimentos modificados con ingredientes genéticos en más del 0.9% sean etiquetados.
El manifiesto del Departamento de Ciencia y de Tecnología en estados de biotecnología declararon que los cultivos transgénicos son seguros, porque los aprobados en Sudáfrica fueron “sometidos a extensas pruebas y regulaciones”. Al mismo tiempo, dice, “hay grupos que creen que los efectos de los OMG sólo serán determinados después de muchos, muchos años de consumo, y hasta este momento, debemos proceder con cautela”.
No parece que se hayan realizado en el país estudios sobre los efectos en la salud de los alimentos modificados, aunque los investigadores examinaron otros aspectos.
Científicos sudafricanos están desarrollando variedades únicas GM que no se encuentran en ningún otro lugar, sin embargo, esto podría causar problemas en la exportación a países que prohíben cepas transgénicas no aprobadas, según un estudio del Consejo de Investigación Científica e Industrial de 2010 titulado “Los OGM en África: oportunidades y desafíos para Sudáfrica”.
Varios problemas persisten en el país, incluyendo escasez de fondos para la investigación de biotecnología agrícola y de expertos capacitados en biodiversidad, lo cual significa que un solo cultivo transgénico (MON810) de los 129 del país está supervisado.
Aunque la producción de cultivos GM se mantiene separada de los cultivos no modificados genéticamente, el Instituto Nacional Surafricano de Biodiversidad, expuso en un estudio de 2011 un flujo de genes desde el maíz Bt GM al maíz no GM. Actualmente, la mayoría de los agricultores cultivan maíz transgénico, y la polinización cruzada ocurre a pesar de los esfuerzos para separar los cultivos, es difícil encontrar maíz no GM en el país.
Conocimiento y etiquetado de OMG
Un estudio de 7.000 personas mayores de 16 años en todo el país, encontró que ocho de cada diez sudafricanos no tienen conocimientos sobre biotecnología. El estudio realizado en 2005 por la Comprensión Pública de la Biotecnología, encontró que el 63% de los encuestados no sabía si alguna vez consumió alimentos que contienen ingredientes genéticamente modificados.
Así mismo en 2005, los investigadores del Centro de Pruebas de OMG en la Universidad del Estado Libre, informó sobre la carencia de un sistema para verificar las afirmaciones hechas en las etiquetas. Encontraron que el 71% de los productos en tiendas sudafricanas, rotuladas “no transgénico”, “libre de transgénicos”, contenían ingredientes “orgánicos” modificados genéticamente.
Fuente:
http://www.lagranepoca.com/29838-debate-mundial-sudafrica-es-mayor-productor-transgenicos
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