OAXACA, Oax. (apro).- El
investigador en neurobiología celular, David Schubert, alertó que México
dejará de ser centro de diversidad biológica y tesoro mundial de
variedades de plantas capaces de combatir el cambio climático y las
enfermedades vegetales del futuro si permite los cultivos genéticamente
modificados (GM), como el maíz transgénico.
En una carta
dirigida al presidente Enrique Peña Nieto y a Enrique Martínez, de la
Sagarpa, y Juan José Guerra Abud, de Semarnat, los exhorta a rechazar el
maíz transgénico. A esta petición se sumó el pintor Francisco Toledo,
quien pretende recabar un millón de firmas porque “contaminar nuestro
maíz es herir el corazón de México”.
El inmunólogo del Salk
Institute for Biological Studies está convencido de que México debe
seguir el consejo de los paneles científicos de la India, Bangladesh,
Unión Europea, Japón, Corea del Sur “y la mayoría de los países libres
del mundo” en oposición a los cultivos GM.
En primer lugar, porque
“el maíz transgénico no hace falta, pues no se trata de un cultivo
amenazado severamente por alguna plaga”.
En segundo, introducir
maíz GM a México significa un riesgo ambiental grave, puesto que la
planta es nativa del país y los transgenes van a degradar sus
poblaciones naturales”.
El ganador en dos ocasiones del Premio
Jacob Javits que otorga el Senado de Estados Unidos en reconocimiento a
la excelencia en la investigación en neurociencias y del Premio Zenith
por su trabajo sobre la enfermedad de Alzheimer, también resalta que el
maíz transgénico encarecerá la producción de la comida:
“Comprar
la semilla año con año, en lugar de guardarla como lo han hecho siempre
los campesinos, aumentará los costos a todo lo largo de la cadena
alimentaria. Los pequeños productores, quienes son el sector más
importante de los agricultores en México, serán los más afectados por
los costos más altos y por los fracasos potenciales de los cultivos,
debido a que el maíz GM no prosperará en todas las áreas de siembra,
dada la gran heterogeneidad de climas y suelos en nuestro país, pero los
rasgos GM que se introduzcan terminarán por contaminar a todas las
variedades nativas”.
Además, sostiene, “el maíz GM incrementará la
dependencia social y política de la población hacia los monopolios: una
vez que las compañías transnacionales dominen el mercado de semillas de
cualquier planta, seguirán introduciendo semillas GM de otros cultivos y
agrandarán su poder sobre los campesinos (que siguen siendo un segmento
considerable de la población mexicana) y sobre los procesos políticos”.
Schubert
hace ver que esto ya ha ocurrido en Estados Unidos, donde “las
compañías semilleras son el principal apoyo financiero de ambos partidos
políticos (republicanos y demócratas), y tienen personas designadas en
cargos de alto poder para dictar políticas agrarias nacionales e
internacionales”.
Entonces, alerta en la misiva, “no habrá vuelta
atrás si el maíz transgénico se introduce a México, pues las variedades
nativas se contaminarán de manera irreversible por los transgenes aunque
las semillas GM entren al país en una escala modesta”.
De:
http://www.proceso.com.mx/?p=369103
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