Por Jonathan Matthews, 29 de octubre de 2014
La polémica Asesora Científica de la UE, Anne Glover, ha sido llamada imbécil peligrosa por el Profesor de Ingeniería de Prevención de Riesgos de la Universidad de Nueva York, Nassim Nicholas Taleb. Esta es la respuesta en Twiter de Taleb ante la pretensión de abandonar el Principio de Precaución en relación a los cultivos transgénicos.
La razón de considerar el principio de precaución es
para asegurarse de que si algo sale mal no sea todavía mucho peor, y
esto está justificado en el caso de los cultivos transgénicos, ya que
plantean riesgos sistémicos en los ecosistemas y la salud humana. De
hecho, Taleb, que se hizo famoso porque predijo la crisis económica
mundial, dice que incluso una aproximación científica hacia los
transgénicos “resulta demasiado pobre en relación a los probables riesgos y la gestión de los mismos”.
Taleb es el autor principal de un nuevo estudio sobre el Principio de Precaución
en relación con los transgénicos, que se discute en el artículo que
aparece a continuación. Los coautores son también científicos de
consideración. Entre ellos se encuentran Raphael Douady, del Instituto de Matemáticas y Física Teórica de París y Yaneer Bar-Yam, del Instituto de Sistemas Complejos de Nueva Inglaterra, así como el filósofo Rupert Lea, autor de “Wittgenstein entre las Ciencias”.
Anne Glover, al contrario, es sobre todo una Ingeniera Genética que tiene buena visión para los negocios, creando la firma de Biotecnología Remedios desde la Universidad de Aberdeen. Remedios fue elegida la Mejor Nueva Empresa de Biotecnología de Escocia por sus pares de la Industria Biotecnológica. Desde esta situación, Anne Glover fue promovida primero como Asesora Científica de Escocia y luego principal Asesora Científico del Presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso.
Su papel en este cargo ha sido siempre muy controvertido y ha dado pie a
que se pida la desaparición del cargo de Asesor Científico Jefe en aras
de una mayor transparencia y objetividad.
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Los organismos modificados genéticamente nos ponen en una situación de riesgo, dice Black Swan
Blog de Física arXiv, 27 de octubre de 2014
Los expertos han subestimado de manera peligrosa
los riesgos de los alimentos modificados genéticamente, según un grupo
de investigadores dirigido por Nassim Nicholas Taleb
Ya han pasado 20 años desde que la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) aprobase el tomate Flavr Savr
para consumo humano, el primer alimento modificado genéticamente que
alcanzó ese estatus. Desde entonces, los alimentos modificados
genéticamente se han convertido en una parte importante de la dieta
humana en muchas partes del mundo, particularmente en Estados Unidos. En
2013, aproximadamente el 85% del maíz y el 90% de la soja producida en
Estados Unidos estaba modificado genéticamente.
Dada la ubicuidad de este tipo de alimentos, usted seguramente pensará que ya se ha resuelto el debate científico sobre su seguridad. Es cierto que muchos científicos parecen haber dado ya carpetazo a este asunto. Por ejemplo, en el año 2012 la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia declaró
que los cultivos modificados genéticamente no representan un riesgo
mayor que los mismos alimentos elaborados a partir de cultivos no
modificados genéticamente y cultivados según las técnicas
convencionales.
Nassim Nicholas Taleb de la Universidad de Nueva York
y sus colegas dicen que este tipo de pensamiento subestima la amenaza
que para la tierra suponen los organismos modificados genéticamente. “Los organismos modificados genéticamente representan un riesgo para la población mundial”, dicen. Este riesgo es distinto de aquellos otros que sólo producen daños localizados. “El Principio de Precaución debe ser aplicado para evitar la grave amenaza de los organismos modificados genéticamente”, concluyen.
Taleb y sus colegas comienzan haciendo una clara
distinción entre los riesgos con daños locales de aquellos otros que
tienen el potencial de causar un daño global. Cuando es posible que se
produzca un daño global, ciertas prácticas deben evitarse a menos que
tengamos la certeza absoluta de que son seguras. Este enfoque se conoce
como Principio de Precaución.
La pregunta, claro, es cuándo se debe aplicar el Principio de Precaución. Taleb y sus colegas dicen que su objetivo ha sido el de colocar el Principio de Precaución
dentro de una estructura estadística formal, basada en la teoría de la
probabilidad y las propiedades de los sistemas complejos. “Nuestro
objetivo es permitir que aquellos que toman decisiones sepan discernir
qué circunstancias se deben dar para aplicar el Principio de Precaución y
aquellas otras en las que su aplicación sería inadecuada”.
Comienzan estableciendo dos tipos de daños
potenciales: los daños localizados que no se extienden más allá, y los
daños generalizados e irreversibles. Taleb y sus colegas dicen que la
estrategia tradicional es la de tomar siempre decisiones como si se
tratara del primer tipo, es decir un daño localizado cuyo riesgo es
fácilmente calculable a partir de los datos disponibles.
Pero siempre es posible cometer un error en la toma
de decisiones sobre los riesgos. Cuando se localiza un daño, el peligro
potencial está delimitado por un error de cálculo.
Al contrario, cuando un daño es capaz de extenderse a una escala mucho mayor, la situación es completamente diferente. “La
posibilidad de un daño irreversible y generalizado plantea diferentes
preguntas sobre la naturaleza de las decisiones que se han de tomar y
qué riesgos se pueden asumir de manera razonable”, dicen Taleb y sus
colegas. En este caso, el peligro potencial por un error de cálculo
puede ser enorme. Este es el tipo de problemas a los que se debe aplicar
el Principio de Precaución, dicen.
Una diferencia clave entre ambos tipos de riesgos es
la estructura estadística de sus efectos. Esta estructura puede depender
de la escala o ser independiente de la escala. Un ejemplo: una
distribución dependiente de la escala es el peso humano adulto, que
generalmente nunca es mayor de 10 veces el peso humano promedio.
Sin embargo, una sola persona puede ser más rica que 2
mil millones de seres humanos. Así que la riqueza es una distribución
independiente de escala.
Cuando se trata de una situación de riesgo, el daño
de los riesgos dependientes de escala tiene un efecto sobre otros muchos
eventos; un sólo evento no explica el daño en su totalidad. “Es prácticamente imposible dar una única explicación del 99% de todos los ataques cardíacos de un año determinado”, dicen Taleb y sus colegas a modo de ejemplo.
Al contrario, los daños por riesgos dependientes de
escala pueden ser explicados por un solo acontecimiento. Por ejemplo, la
Tierra está constantemente bombardeada por pequeñas rocas procedentes
del espacio, y generalmente tienen muy poco efecto. Sin embargo, un solo
meteorito de grandes dimensiones podría acabar con toda la raza humana.
Taleb y colegas ponen otros dos ejemplos. El primero es el de la Energía Nuclear. Señalan que muchas personas tienen una justificada preocupación por los riesgos asociados con la Energía Nuclear.
Los científicos son conscientes de los daños que pueden causarse por
efectos de la radiación, la fusión del núcleo y la eliminación de los
residuos radiactivos, y estos riesgos han sido ampliamente estudiados.
Mientras que el daño potencial por un accidente
nuclear puede ser grande, por lo general son eventos dependientes de
escala y están lejos de producir un daño global. Así que cuando se trata
de tomar decisiones sobre si se debe utilizar la energía nuclear a
escala local, los riesgos involucrados pueden ser gestionados mediante
medidas de seguridad adecuadas, cuidadosamente establecidas.
Taleb y colegas exponen después el caso de los
organismos modificados genéticamente. Argumentan que el riesgo que
suponen los organismos modificados genéticamente es de un potencial de
daño generalizado sobre los ecosistemas y también un daño generalizado
en la salud humana. En otras palabras, es un evento independiente de
escala.
Uno de los argumentos para decir que los cultivos
modificados genéticamente son seguros es que lo que se hace no es
distinto del cultivo selectivo que los agricultores han estado
realizando durante generaciones. Sin embargo, Taleb argumenta que este
tipo de cultivos es diferente de las prácticas actuales, ya que
cualquier error puede producir una variación perjudicial y el cultivo es
eliminado. Es un proceso natural de selección.
Durante muchas generaciones, los seres humanos han
elegido y adaptado los organismos biológicos que son relativamente
seguros para el consumo, a pesar de que hay muchos organismos que no son
seguros, incluyendo variedades de las plantas que cultivamos.
Sin embargo, la Ingeniería Genética trabaja de
una forma completamente diferente, en un proceso que introduce cambios
muy rápidos a una escala global. La selección natural no puede operar a
una escala tan grande, argumentan.
“No hay comparación posible entre la cría
selectiva con componentes genéticos de organismos que tienen tras de si
una extensa historia de selección y la Ingeniería Genética, que actúa de
arriba a abajo, cogiendo el gen de un pez para ponérselo a un tomate.
Decir que un producto de este tipo es natural es olvidar el proceso de
selección natural, mediante el cual las cosas se hacen naturales”.
El potencial impacto de los transgénicos en la salud
humana es aún más preocupante. Taleb y sus colegas dicen que la
tecnología actualmente empleada para determinar si una determinada
proteína producida mediante Ingeniería Genética es segura o no, es
inadecuada.
La FDA actualmente tiene en cuenta los conocimientos existentes sobre los riesgos asociados con esa proteína. “Las distintas maneras de evaluar pueden constituir un gran error”, dicen.
Las proteínas producidas en los organismos vivos
forman parte de un red química muy compleja. Es muy difícil predecir el
efecto que en esta red puede tener una nueva proteína, aunque el
propósito de insertar un nuevo gen es el de interferir en las funciones
químicas de la planta, por ejemplo, modificando la resistencia a ciertos
productos químicos, tales como herbicidas o pesticidas.
Más grave aún es la introducción de monocultivos en
áreas muy extensas. Esto aumenta las probabilidades de que todo el
cultivo puede perderse debido a la acción de algunas especies invasoras,
enfermedades o cambios en el medio ambiente.
Cuando el daño es local puede servir para aprender y
evitar en el futuro el mismo conjunto de circunstancias que produjeron
el daño. Pero si el daño es global, la cuestión es muy diferente. “Debemos
aplicar el Principio de Precaución porque los errores cometidos pueden
producir daños ambientales y de salud considerables y ser
irreversibles”, concluye Taleb.
Nos darán argumentos falaces para ir contra el Principio de Precaución. Una de esas falacias es la del lago Ness: según el Principio de Precaución no deberíamos bañarnos en el lago porque no existe la certeza absoluta de que no haya un monstruo en él.
Taleb dice que esto es una corrupción de la ausencia de evidencias y no tiene ninguna relación con la aplicación del Principio de Precaución. El daño asociado al monstruo del Lago Ness es algo puramente local. “Si
existiera el monstruo del Lago Ness, no habría ninguna razón para
invocar el Principio de Precaución, ya que el daño que pudiera causar
sería muy limitado, y el lago no correría el riesgo de padecer un
cataclismo”, señalan.
Nos van a presentar muchas más falacias para
confundirnos sobre la aplicación o no del Principio de Precaución. La
cuestión clave es que la mayoría de ellas se resuelven pensando si el
riesgo implica una devastación global o sólo un daño local.
Es una interesante contribución al debate sobre los
transgénicos, que se había calmado en los últimos años. Si bien el
argumento en sí es interesante, el hecho de que el autor principal sea
Nassim Nicholas Taleb, un gran comentarista con un perfil de experto en
prevención de riesgos, está obligado a elevar el perfil del debate.
Entre los coautores se incluyen otros investigadores de renombre como
Rafael Douady del Instituto de Matemáticas y Física Teórica de París y Yaneer Bar-Yam del Instituto de Sistemas Complejos de Nueva Inglaterra en Cambridge.
Es poco probable, por supuesto, que el resto de
actores que intervienen en este debate estén de acuerdo con esta nueva
evaluación. En particular, las Empresas con interés financiero en el
futuro de la Ingeniería Genética, tales como Monsanto, van a dar su
parecer. Más interesante será cómo la FDA tenga en cuenta estos
argumentos que presentan Taleb y sus colegas. Cuente que habrá fuegos
artificiales las próximas semanas o incluso meses.
————–Procedencia del artículo:
Ref: arxiv.org/abs/1410.5787: El Principio de Precaución (en relación a la modificación genética de organismos)
De:
http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2014/11/02/la-asesora-cientifica-jefe-de-la-ue-es-una-imbecil-peligrosa-dice-un-experto-en-ingenieria-de-prevencion-de-riesgos/
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