lunes, 10 de marzo de 2014

La fuerza del mercado 
vs los murciélagos

  El investigador mexicano fue galardonado con el premio Whitley para la Naturaleza 2012.

El valor neto del servicio ecosistémico del control de plagas proporcionado por los murciélagos en los campos de algodón en Estados Unidos se redujo 79% durante los 18 años entre 1990 y el 2008, debido, entre otros factores, a que han sido “suplidos tecnológicamente”, concluyeron investigadores, en un estudio publicado en febrero en la revista Plos One.

En el artículo se explica que son tres los factores principales que determinaron esa reducción: la introducción del algodón transgénico Bt (el gen Bt confiere resistencia a ciertas plagas de insectos), la reducción global de precio del algodón y la reducción de la superficie sembrada con algodón.

Sin embargo, de acuerdo con el investigador mexicano Rodrigo Medellín Legorreta, quien participó en el artículo poniendo sobre la mesa el desarrollo de estimaciones de poblaciones de murciélagos y con aportaciones a la información sobre la aparición en los insectos de la resistencia a los transgénicos, “esta reducción en el valor del servicio ecosistémico es probablemente de poca duración, porque tenemos ya clara evidencia de que los productos transgénicos distan mucho de resolver el problema de las plagas”, comentó.

“Hoy sabemos que cinco de las 13 plagas agrícolas más importantes ya son resistentes al Bt, la toxina que se usa para los transgénicos, y que la resistencia de los insectos puede aparecer en lapsos tan cortos como dos años a partir de su utilización”, indicó el investigador adscrito al Instituto de Ecología de la UNAM.

LA BIODIVERSIDAD, 
NUESTRA SALVAGUARDA

El investigador, quien fue galardonado con el premio Whitley para la Naturaleza 2012, sostuvo que esto quiere decir que si no se mantienen los servicios ecosistémicos (como el control de plagas por murciélagos) como salvaguarda, “por mucho transgénico que usemos, esos no podrán proteger a los cultivos de las plagas de insectos que evolucionan y desarrollan resistencia mucho más rápido que lo que los transgénicos pueden hacerlo, y además los insectos nunca dejarán de ser comidos por los murciélagos”.
Los resultados de este artículo tienen implicaciones para los esfuerzos de conservación de la biodiversidad, porque si ésta no se mantiene en buen estado, “nuestra capacidad de producir alimentos se verá mermada, al no tener a los originales proveedores de los servicios ecosistémicos que funcionan como salvaguarda, como red de seguridad, para defender nuestros cultivos de la depredación de los insectos”, explicó
A través del documento se informó que el valor de los servicios de control de plagas se redujo 79%, desde un máximo de 23.96 millones en 1990 a un mínimo de 4.88 millones en el 2008. Y es que “con la caída de los precios, con la reducción en la superficie plantada con algodón en Estados Unidos (que es donde centramos la valoración), y con la entrada de los transgénicos, una solución parcial y de muy corto plazo que deja de ser efectiva en un lapso de menos de 10 años”, destacó Medellín.

REDUCEN SU VALOR ECONÓMICO
Entonces, lo que hay que entender de este estudio es que se redujo el valor económico que se le daba al servicio natural que hacen los murciélagos en el control de plagas, pero sólo por un lapso de tiempo corto, mientras los insectos desarrollan resistencia. “Hay estudios que muestran que en menos de cinco años 60% de la población de insectos plaga en China desarrolló resistencia a los transgénicos. Qué pasaría si no tuviéramos a los murciélagos para controlar esas poblaciones, que por mucho transgénico que usáramos, no tendríamos algodón (ni maíz, ni frijol, ni cacahuate, ni arroz, etcétera)”, reflexionó.
De ahí la importancia de mantener en buen estado la población de murciélagos, porque entonces se tendría la salvaguarda de un servicio de control de plagas que ha demostrado ser efectivo por miles de años y así asegurar el abasto de bienes y alimentos. “El problema es que cuando se usan transgénicos la gente tiende a olvidarse y a eliminar las poblaciones de murciélagos, creyendo que (con esa biotecnología) ya resolvieron el problema”, agregó.
El valor de los servicios ecosistémicos (y de cualquier otra cosa) depende del comportamiento de los mercados. Y esta investigación, realizada por Gary McCracken, profesor en el Departamento de Ecología y Biología Evolutiva, y liderada por la Universidad de Arizona, es la primera en examinar cómo los servicios ecosistémicos (como el control de plagas por murciélagos) cambian con el tiempo.
Hay más de 1,200 especies de murciélagos y dos tercios de ellas son insectívoras, lo que significa que ayudan a los agricultores contra las plagas y reducen la necesidad de usar insecticidas. Para esta investigación usaron principalmente al murciélago guanero de cola libre: tadarida brasiliensis.

elizabeth.ruiz@eleconomista.mx


De:
http://eleconomista.com.mx/entretenimiento/2014/03/09/fuerza-mercado-vs-murcielagos

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