Una encuesta realizada a
agricultores ecológicos de EE UU demuestra el fracaso de la denominada
“coexistencia” entre los cultivos transgénicos y los ecológicos o
convencionales. La experiencia en EE UU muestra que la prevención de
riesgos y los efectos de la contaminación por transgénicos plantean una
desventaja injusta para el resto de productores, y supone una clara
advertencia para España, único país de la UE que permite el cultivo de
transgénicos a gran escala. Organizaciones sociales solicitan a la nueva
Ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García
Tejerina, que España se alinee con la mayoría de países europeos que
rechazan el cultivo de transgénicos.
“La situación en EE UU debería servir de ejemplo para que España no
incida en los mismos errores. La idea de “coexistencia” que nos quiere
vender la industria es simplemente imposible, como se puede comprobar en
ambos países. La introducción de cultivos transgénicos perjudica a
quienes apuestan por una agricultura más sostenible y va en contra de la
voluntad de una amplia mayoría de la ciudadanía europea” afirmó David
Sánchez, coordinador de campañas de Food & Water Europe.
La encuesta, realizada en EE UU por las organizaciones Food &
Water Watch y OFARM y publicada hoy en Europa, revela los costes extra a
los que se ven sometidos los agricultores ecológicos. Estos costes se
deben a la carga de trabajo adicional, al coste económico y el tiempo
que conllevan las medidas preventivas para evitar la contaminación
transgénica y de las consecuencias cuando ésta se produce. Las encuesta
muestra que:
Las
perdidas económicas de las medidas preventivas a las que están
obligados los agricultores ecológicos en EE UU pueden llegar a suponer
más de 6.000 euros anuales, entre zonas de barrera, retraso en la
siembra, análisis y otras medidas.
Un
tercio de los encuestados había sufrido contaminación en su cosecha,
con una pérdida media de más de 3.000 euros anuales por pérdida del
valor añadido, búsqueda de otro comprador y transporte. De ellos, la
mitad habían visto su cosecha rechazada varias veces.
Otras
consecuencias incluyen abandono de cultivos en los que hay aprobadas
variedades transgénicas, o tensión con los vecinos que cultivan estas
variedades.
“Agricultores y agricultoras del Estado español se enfrentan a los
mismos problemas. La misma situación de inseguridad y desprotección, con
tan solo un cultivo transgénico autorizado, el maíz MON810. La
aplicación de las medidas de protección y el coste de las mismas no debe
recaer en los productores que han elegido no cultivar transgénicos.
Además éstos cultivos no deben condicionar al resto de los productores
que han optado por el modelo de agricultura social y familiar europeo“
añadió Andoni García, miembro de la ejecutiva de la Coordinadora de
Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).
La ganadería ecológica en el Estado español ya está también
seriamente afectada por la presencia de transgénicos, ya que los
operadores tienen que asumir importantes sobrecostes para garantizar la
alimentación sin transgénicos de sus animales, debido a los numerosos
casos de contaminación de piensos y cultivos.
En vista de la situación de la producción ecológica y convencional en
EE UU que muestra el informe, COAG, Ecologistas en Acción, Amigos de la
Tierra y Food & Water Europe exigen a la nueva ministra de
Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente un giro de 180 grados en la
política sobre transgénicos de su Ministerio.
“La agricultura y la ganadería ecológica son sectores en constante
crecimiento que generan empleo y dinamizan el medio rural. Y para no
lastrar a estos sectores necesitamos prohibir de forma inmediata el
cultivo en España del maíz MON810. No podemos permitir que el Estado
Español siga siendo la puerta de entrada de los cultivos transgénicos en
Europa” aseguró Gabriela Vázquez, portavoz de Ecologistas en Acción.
De:
http://www.ecologistasenaccion.org/article27916.html
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